- SE QUEDARÍAN LOS DE JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
- 29 NOV 2011
- La familia de Franco decidirá donde se trasladan sus restos, mientras los de José Antonio Primo de Rivera se mantendrán en la Basílica, aunque reubicados para estar en igualdad con los demás enterrados.
La comisión sobre el Valle de los Caídos pide sacar los restos de Franco de la Basílica
- La Comisión de Expertos para el futuro del Valle de los Caídos propone en su informe que los restos del dictador Francisco Franco sean exhumados y trasladados a otro lugar, mientras que los de José Antonio Primo de Rivera sean reubicados dentro de la Basílica para estar en igualdad de condiciones con los demás enterrados en el recinto.Sin embargo, el traslado de los restos de Franco no ha contado con el apoyo de tres miembros de la Comisión, que han manifestado su postura contraria a esta exhumación.Los dos presidentes de la Comisión, Virgilio Zapatero y Pedro José González-Trevijano, han presentado este martes junto al ministro de la Presidencia en funciones, Ramón Jáuregui, las conclusiones que han alcanzado tras cinco meses de trabajo y que están basadas en una "resignificación" del Valle de los Caídos para convertirlo en un lugar en memoria de "todos" los fallecidos durante la Guerra Civil y la represión franquista posterior.En este contexto, el informe subraya la intención de despojar al recinto de cualquier connotación ideológica y política y sostiene que esto sólo será posible si en él únicamente permanecen los restos de los muertos durante la guerra, ante lo que recomienda que los restos de Franco sean trasladados "al lugar que considere la familia" o a aquel "que sea considerado digno y más adecuado".Para la Comisión de Expertos, este traslado sólo debe llevarse a cabo con un gran consenso social y de todo el arco parlamentario. Pero además, dado que la Iglesia tiene competencia plena sobre el interior de la Basílica, que es donde se encuentran los restos de Franco, la exhumación sólo sería posible con su autorización, por lo que anima al Gobierno a buscar un acuerdo con las autoridades eclesiásticas pertinentes.En cuanto a la familia del dictador, los dos presidentes de la Comisión han desvelado que mantuvieron una reunión con su hija, Carmen Polo, que han calificado de "cordial", y en la que ella les pidió que los restos de su padre permanezcan en el lugar donde fueron enterrados en 1975. Además, les recordó que el Valle de los Caídos para su enterramiento fue una decisión del Gobierno de entonces, presidido por Rafael Arias-Salgado, porque su padre nunca había manifestado su deseo de ser enterrado en el lugar.Pese a ello, tanto Virgilio Zapatero como González-Trevijano han coincidido en la necesidad de consultar a la familia cualquier decisión que se tome al respecto pero, al contrario que lo que sucede con la Iglesia, han reconocido que su posición no es vinculante y el Gobierno tiene potestad para contradecir su deseo.Desacuerdo entre tres miembrosEsta propuesta de traslado de los restos de Franco no ha contado con el apoyo de Miguel Herrero de Miñón, Feliciano Barrios y el propio González-Trevijano, quien antes de explicar su voto particular ha querido resaltar la "profunda vocación democrática" de los tres y asegurar que su discrepancia no pone en ningún momento en entredicho la calificación del franquismo como régimen dictatorial.Al margen de esta consideración, consideran "complicado" poder trasladar los restos del dictador por la competencia de la Iglesia sobre el interior de la Basílica del Valle y son partidarios de la "continuidad y asunción" de la historia de España "tal y como es", aceptando "sus luces y sus sombras". Pero además, advierten de que el traslado de Franco 36 años después de su fallecimiento aún puede provocar "división, separación y tensión" entre la sociedad, algo que consideran necesario "sopesar y evitar".El punto en el que sí coinciden los doce miembros de la Comisión es el relativo a los restos de José Antonio Primo de Rivera, que consideran que deben permanecer en el recinto por ser víctima de la Guerra Civil pero no ocupar un lugar preeminente dentro de la Basílica "dada la igual dignidad de todos los allí enterrados".Resignificación total del valleEntre el resto de sus recomendaciones, en las que sí ha habido unanimidad, la Comisión destaca la necesidad de una "resignificación" integral del recinto del Valle de los Caídos y para ello propone la creación de un conjunto artístico en la explanada que se encuentra frente a la Basílica que honre la memoria de todos los que están allí enterrados. Este monumento incluiría los nombres de todos los enterrados y también un recuerdo de aquellos que están sin identificar.Pero además, considera necesaria la rehabilitación del cementerio, la creación de un espacio destinado a la meditación y la construcción de un centro de interpretación que explique "cuándo, cómo, por quién y por qué" fue construido el Valle de los Caídos.La Comisión de expertos pone especial énfasis en la necesidad de detener el deterioro del recinto y advierte de que, sin una actuación urgente, el Valle de los Caídos quedará en ruinas en poco tiempo. La reparación del conjunto supondría unos 13 millones de euros, a los que habría que sumar la construcción del memorial y el centro de interpretación. Jáuregui ha reconocido que la disponibilidad económica en tiempos de crisis es "pequeña", pero ha recordado que el Ministerio de la Presidencia destina alrededor de cinco millones de euros anuales desde 2007 a actividades de recuperación de la memoria histórica.En cuanto a la identificación de los restos óseos allí enterrados, la Comisión ha contado con el trabajo y asesoramiento de numerosos equipos de investigación y forenses, con los que ha llegado a la conclusión de que es "prácticamente imposible" la identificación individualizada de los fallecidos y su exhumación dado su mal estado de conservación.Nuevo convenio con la IglesiaDurante sus trabajos, Virgilio Zapatero y González-Trevijano mantuvieron reuniones con el abad benedictino de la Basílica, quien les trasladó su convencimiento del carácter religioso de la Basílica independientemente de los trabajos de la Comisión, y con el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, con quien quedaron en ampliar los contactos pero finalmente no tuvieron más encuentros.Zapatero ha querido subrayar la responsabilidad de la Iglesia en el futuro del Valle de los Caídosy la Comisión, entre sus conclusiones, incluye la necesidad de establecer un nuevo Convenio con la Iglesia, ya que el actual data de 1958. A su juicio, con el tiempo transcurrido y la aprobación de la Constitución en 1978, este Convenio se ha convertido en un "anacronismo" que debe ser renegociado para que "las partes adapten sus actuaciones civiles y religiosas al espíritu de la nueva resignificación que se pretende"."El nuevo Convenio debe diferenciar entre las obligaciones religiosas y las de culto y el resto de las obligaciones y competencias que supone la administración y gestión del Valle, administración que salvo la Basílica, Abadía-Escolanía y Hospedería, corresponderá a la Fundación", establece el informe.Petición al PP para que lo ponga en marchaEl informe de la Comisión de Expertos quedará ahora en manos del próximo Gobierno del PP, a quien han animado a continuar con los trabajos porque se trata de un texto "que permite mirar hacia delante y hermanar a quienes estuvieron enfrentados", según ha asegurado González-Trevijano.Jáuregui ha defendido que el futuro del Valle de los Caídos es un asunto "pendiente" para España y "una necesidad". "No es un acto de sectarismo, es un acto de reconciliación y de justicia", ha sostenido antes de pedir "por favor" al próximo Gobierno que no "entierre en el cajón" los trabajos de la Comisión. Según ha desvelado Jáuregui, ha trasladado al PP la presentación de este informe y además el PSOE se compromete con todo lo que recomienda.
Madrid, 29 nov (EFE).- El Valle de los Caídos, considerado el símbolo más importante del franquismo, pasará a ser un monumento homenaje a todos los caídos en la Guerra Civil, si se siguen las recomendaciones de una comisión de expertos que ha pedido que se trasladen los restos del general Francisco Franco a otro lugar.
La comisión de expertos que ha impulsado el Gobierno socialista para estudiar el futuro del Valle de los Caídos considera que se deben llevar los restos de Franco a otro que designe la familia o, en su caso, al que se considere digno y más adecuado.
El Valle de los Caídos tuvo durante el franquismo un gran significado político e ideológico, ya que en él se encuentran enterrados los restos del fundador de la falange, José Antonio Primo de Rivera, y del general Franco.
En su interior se encuentran además enterrados 33.487 cadáveres de contendientes de ambos lados, de los cuales casi 15.000 están sin identificar.
Según el historiador Paul Preston, fue concebido por el dictador como un monumento a "sus caídos, a los caídos por Dios y por España".
En el decreto de 2 de abril de 1940, por el que se ordenaba su construcción, se dice que es "para perpetuar la memoria de los caídos de nuestra gloriosa cruzada".
En otro párrafo se explica que "la dimensión de nuestra cruzada no puede quedar perpetuada por sencillos monumentos. Es necesario que las piedras que se levanten tengan la grandeza de los monumentos antiguos, que desafíen al tiempo y al olvido".
Oficialmente se denomina Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos y está situado en la sierra de Guadarrama, en un paraje conocido antes como Cuelgamuros, perteneciente al municipio de El Escorial, en Madrid.
Fue construido en base al proyecto de los arquitectos Pedro Muguruza y Diego Méndez y su decoración corrió a cargo del escultor Juan de Ávalos, que realizó las enormes figuras situadas en el basamento de la cruz y el grupo de la Piedad, sobre la puerta del templo.
El monumento consta de una gran cruz de piedra de 150 metros de altura y unos brazos de 24 metros cada uno, que se levanta sobre una basílica excavada a 250 metros en el interior de la roca.
Con 262 metros de largo, el templo supera al de San Pedro del Vaticano; su cúpula, de 45 metros de altura por 40 de diámetro, está decorada con mosaicos, obra de Santiago Padrós.
El interior está compuesto por un doble atrio y una nave con seis capillas laterales, con una decoración muy austera. En la cripta, excavada en la misma roca, se sitúa el altar mayor, junto al que se encuentran las tumbas de Franco y José Antonio, una frente a la otra. El resto de enterramientos permanecen ocultos al público.
Detrás de la basílica hay una gran explanada de 30.600 m2, donde se halla la abadía benedictina y otros edificios como la biblioteca o la hospedería.
Todo el conjunto pertenece a Patrimonio Nacional desde 1982, año en que entró en vigor la ley reguladora y le fue atribuida su administración de manera provisional; hasta entonces dependía de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, creada por decreto-ley el 23 de agosto de 1957.
Los monjes benedictinos, que regentan la hospedería, residen en la abadía desde el 17 de julio de 1958.
En su construcción participaron unos 20.000 prisioneros de guerra republicanos y presos políticos, según el historiador Juan Pablo Fusi.
Estos presos, que se acogían a la posibilidad de redimir pena por trabajo, eran empleados por los contratistas de la obra, que pagaban al Estado un tercio menos que a un trabajador libre, y una mínima parte de ese dinero iba a una cartilla a nombre del preso.
Los trabajos, que fueron durísimos según los testimonios de los presos, se dividieron en tres grupos: un primer destacamento se encargó de construir los seis kilómetros de carretera de acceso, que adoquinaron a mano; el segundo se encargó de horadar la roca con dinamita y el tercero construyó el monasterio y la abadía actuales.
El monumento, que comenzó a construirse en 1940, fue inaugurado por Franco el 1 de abril de 1959 y costó 1.086.460.381 pesetas de la época (6.529.758 euros).
Desde la muerte del dictador, el 20 de noviembre de 1975, el mismo día que falleció José Antonio, todos los años, grupos franquistas han conmemorado este aniversario en el Valle de los Caídos.
No obstante, desde diciembre de 2007, con la aprobación de la denominada ley de la Memoria Histórica, este lugar, que ha sido objeto de una gran polémica por su significado histórico, está prohibido que se realicen actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas o del franquismo en este recinto.